Vuelta a clases: reafirmando el valor de la educación como derecho habilitador

Con el inicio del ciclo lectivo 2025 en nuestro país, miles de niños, niñas y adolescentes regresan a las aulas en un contexto socioeconómico marcado por grandes desafíos. La educación, más que nunca, se erige como una herramienta esencial para construir su futuro.

 

Por la Lic. Alejandra Perinetti, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina

 

En Argentina, la vuelta a clases llega en un escenario complejo, con dificultades económicas que afectan a muchas familias y comunidades en diversos ámbitos, incluido el educativo. En este contexto, garantizar el acceso a una educación de calidad se vuelve un desafío aún mayor, pero también una necesidad urgente para brindar oportunidades equitativas y fortalecer el desarrollo de infancias y adolescencias.

Esta delicada realidad impacta directamente en la continuidad y calidad del aprendizaje. Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación revela que, de cada 100 estudiantes que ingresaron a primer grado en 2011, solo 13 lograron completar la secundaria en el tiempo estipulado (2022) y con niveles satisfactorios de aprendizaje en Lengua y Matemática. Estos datos, correspondientes al período posterior a la pandemia, reflejan un retroceso en comparación con cohortes anteriores, como las de 2005-2016 y 2009-2020.

Frente a esta problemática, la educación debe ser un espacio que fomente el pensamiento crítico, la creatividad y la participación activa; que prepare a los niños, niñas y adolescentes para los desafíos actuales y futuros. Pero para que esto sea posible, es imprescindible garantizar el acceso universal a una educación de calidad que trascienda las brechas sociales, económicas y culturales.

Un análisis reciente de Chequeado, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2024, revela que el 42,3% de los estudiantes universitarios pertenece a los cuatro deciles de ingresos per cápita más bajos. De ese grupo, el 91% asiste a universidades públicas. El estudio destaca que la proporción de jóvenes provenientes de hogares con menores ingresos que acceden a la universidad prácticamente se triplicó en las últimas décadas. En el quintil más pobre, pasó del 8,3% en 1996 al 21,2% en 2023, mientras que en el segundo quintil aumentó del 12,9% al 34% en el mismo período.

Estos datos reflejan el poder transformador de la educación: no solo mejora la calidad de vida, sino que también genera un impacto positivo en la reducción de la pobreza y la violencia, abriendo las puertas a nuevas oportunidades y a una ciudadanía plena.

Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina, entendemos que la educación es un derecho habilitador: a partir de ella, las personas pueden acceder al ejercicio de otros derechos fundamentales, como la participación, la vida digna y el cuidado de la salud, entre otros. Por ello, trabajamos incansablemente para garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes bajo nuestro cuidado accedan a una educación de calidad, brindándoles el apoyo necesario para su desarrollo académico y personal.

En un contexto socioeconómico complejo, es vital que la sociedad valore y apoye el sistema educativo. La inversión en educación no solo beneficia a los/as estudiantes, sino que también fortalece el tejido social y promueve el desarrollo económico sostenible.

La educación abre puertas. En tiempos de incertidumbre, reafirmemos su importancia y trabajemos para superar las dificultades y asegurar que infancias y adolescencias accedan a la oportunidad de aprender, crecer y desarrollarse integralmente.