El rol del counselor en fertilidad: un puente entre emociones y decisiones

Cuando una pareja inicia el camino hacia la maternidad o paternidad, lo hace con ilusión, expectativas y, en muchos casos, incertidumbre. Sin embargo, cuando este proceso se prolonga o surgen dificultades, las emociones pueden volverse abrumadoras: ansiedad, frustración, miedo y hasta sensación de fracaso. Es aquí donde el counselor, como profesional del acompañamiento emocional, se convierte en una pieza clave.

Por la Counselor Psicológica Alicia Pendito, de Halitus Instituto Médico.

¿Qué es un counselor y por qué es esencial en fertilidad? Un counselor o consejero es un profesional que brinda apoyo emocional, orientación y contención a individuos, parejas o familias. Su objetivo es ayudar a las personas a transitar momentos desafiantes, promoviendo su bienestar y crecimiento personal. En el ámbito de la fertilidad, su rol es fundamental porque acompaña desde un lugar de empatía y escucha activa, ayudando a que cada persona pueda expresar sus emociones sin miedo ni juicio.

Las parejas que atraviesan tratamientos de fertilidad suelen llegar desgastadas emocionalmente, descreídas, cansadas y desinformadas. Es aquí donde el counselor se convierte en un guía que facilita el proceso, ayuda a resignificar la experiencia y brinda herramientas para gestionar el estrés, mejorar la comunicación y fortalecer el vínculo de pareja.

El camino hacia la concepción suele estar lleno de decisiones difíciles: qué tratamiento elegir, cuándo seguir intentando, cuándo hacer una pausa o cómo enfrentar los resultados negativos. En este sentido, el counselor actúa como un puente entre las emociones de la pareja y las decisiones que deben tomar. Su rol es permitir que cada integrante de la pareja pueda expresarse sin temor, ayudándolos a comprender sus propias emociones y las del otro, y así generar un espacio seguro donde la vulnerabilidad se convierte en fortaleza. A través del diálogo, facilita que ambos puedan alinear sus deseos, expectativas y límites en el proceso.

Además, el counselor no solo trabaja con la pareja, sino que también cumple una función clave como facilitador de la comunicación con el equipo médico. Muchas veces, el lenguaje técnico, la ansiedad por los resultados o el miedo al fracaso pueden dificultar la comprensión de la información brindada por los profesionales de la salud. En este sentido, el rol del counselor es esencial ya que ayuda a traducir esas emociones en preguntas claras y respuestas que aporten tranquilidad.

Uno de los aspectos más valiosos del counseling es la creación de un espacio seguro, donde la pareja pueda expresar sus emociones, miedos y expectativas sin prejuicios ni presiones externas. Aquí, la confidencialidad es un pilar fundamental: todo lo conversado se mantiene en reserva, permitiendo que cada persona pueda hablar con libertad, sin miedo a ser juzgada. Este espacio compartido no solo ayuda a disminuir la carga emocional, sino que también reduce el estrés, mejora la comunicación y facilita la toma de decisiones. Cuando una pareja se siente escuchada y comprendida, puede afrontar los desafíos con mayor claridad y confianza.

El trabajo conjunto con el counselor no se limita a la búsqueda del embarazo, sino que deja beneficios a largo plazo. La pareja aprende a comunicarse mejor, a sostenerse mutuamente en momentos de dificultad y a fortalecer su vínculo, lo que se traduce en una base emocional más sólida para el futuro.

En lo que respecta a fertilidad, el deseo central es lograr el tan esperado beta positivo, pero el proceso no siempre es lineal ni fácil. El counselor ayuda a que, independientemente del resultado, la persona y la pareja puedan encontrar su mejor versión, permitiéndoles seguir adelante con confianza y bienestar. Este acompañamiento no solo ayuda a afrontar los desafíos del presente, sino que deja herramientas valiosas para la vida, ya que promueve el crecimiento personal y la capacidad de resiliencia.

Si estás en este camino y sentís que las emociones te desbordan, permitite el espacio para hablar, ser escuchado y recibir orientación. Una primera entrevista con un counselor puede marcar la diferencia, brindándote la contención y claridad que necesitás. La fertilidad es un proceso en el que confluyen la biología, la ciencia y las emociones. Por eso, el trabajo interdisciplinario entre el equipo médico y el counselor es fundamental para transitarlo con mayor equilibrio y bienestar.

No estás solo en este camino. Encontrar un espacio de apoyo puede ayudarte a recuperar la confianza, fortalecer tu vínculo de pareja y, sobre todo, cuidar tu bienestar emocional mientras avanzás hacia tu sueño.