La ordenanza que prohíbe estacionar y detenerse en la calle Nueve de Julio es impracticable en la ciudad de Luján, la que recibe la visita de millones de personas al año, por lo que esta normativa termina espantando no solo a los visitantes sino además a los vecinos de nuestra ciudad.
¿Por qué se puso en vigencia esta ordenanza? Pues, porque está aprobada por unanimidad en el ¿Honorable? Concejo Deliberante y fue promulgada, aunque vecinos y comerciantes reniegan de ella, porque por un lado la ciudad no recauda dinero por la venta de estacionamiento en la zona histórico basilical, en una de las calles de mayor recambio de vehículos, y porque los vecinos no pueden realizar normalmente sus compras.
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Cualquier puede pasar y ver en diferentes momentos del día que hay autos estacionados, y cada tanto pasa patrullero de los inspectores municipales, pegan dos sirenazos y comienzan a labrar infracciones a todo el mundo. La pregunta es: ¿Quién manda los inspectores, y cuál sería la presunta intencionalidad, de aplicar esta ordenanza impracticable que dice PROHIBIDO ESTACIONAR Y DETENERSE?
Preguntamos esto debido a que es el lugar de mayor concentración de turistas que visitan a la Basílica Nacional de Luján, pero, además es la calle por la que todos salen hacia los barrios periféricos, por lo que siempre es el lugar por donde todos pasamos, aunque no podemos siquiera detenernos. Claro está que en estos tiempos de pandemia y sin escuelas en funcionamiento la zona es tranquila, los autos circulan a velocidades normales, pero, realizar una compra, comer o tomar algo o adquirir un repuesto para una moto con la que trabajan se hace harto complejo. Porque todos tienen que dejar los vehículos a una, dos o tres cuadras, con lo que eso significa no solo en cuestiones de seguridad, porque han robados varios vehículos en las inmediaciones, sino sobre todo en la afectación de la salud para los ancianos, quienes se hacen atender por los médicos en la Sociedad de Socorros Mutuos de la esquina de Nueve de Julio y 25 de Mayo.
Son los propios inspectores municipales los que comentan del descontento que ellos mismos tienen con las autoridades comunales, dado que los mandan a hacer un trabajo que es imposible de sobrellevar, en primer lugar porque los enfrentan con los vecinos y comerciantes que los conocen por el trato diario, pero, además porque los mismos inspectores aseguran que: “Son unos pajeros, porque se pierden de juntar un montón de guita con el estacionamiento, de los lujanenses y de los turistas, pero cuando llega el fin de semana esto es un quilombo, porque los que vienen a la Basílica te estacionan hasta en los techos de las casas. No los podés frenar”.
Ante esta situación ¿Por cuánto tiempo van a mantener en vigencia esta ordenanza? ¿La van a modificar? ¿La van a pasar por alto y a mandar a hacer de nuevo los carteles recientemente modificados?
Es que los carteles decían al costado de la plaza Belgrano: “PROHIBIDO ESTACIONAR Y DETENERSE EN SÁBADO, DOMINGO Y FERIADOS”, lo cual tiene en principio lógica, como para ordenar el tránsito por la mayor densidad, y para beneficiar a los comerciantes y restaurantes de la zona, porque les aseguraba poner más mesas, pero, según comentan desde el área de señalética: “Mandaron a hacerlos rapidito, y se cambiaron al toque…”, entre otras consideraciones por la situación en la que les toca prestar servicios. Por lo que, así las cosas, al parecer, periodísticamente tendremos mucho trabajo durante bastante tiempo, mostrando los desastres que tratan y aprueban en el Deliberante, en perjuicio de los visitantes y los vecinos de nuestra ciudad. Vecinos que más allá del cambio de gobierno, siguen observando una falta de calidad institucional por parte de nuestra clase dirigente, lo que asusta. Y las pruebas nos remitimos. Porque los concejales están más inmersos en sus internas políticas, sobre todo los de la oposición, que casi se agarran a las trompadas en una casa partidaria de la calle Doctor Real, en lugar de ponerse a gestionar por la ciudad. Pero, no lo hicieron cuando eran gobierno por ocho años, menos lo van a hacer ahora, que rasguñan los vidrios del lado de afuera, como los gatos cuando se larga a llover.
Por lo que, recorreremos los domicilios de cada concejal de nuestra ciudad, y les preguntaremos a los vecinos de la cuadra de cada uno de ellos, qué opinan si el concejal que tienen viviendo cerca propone en el Concejo Deliberante que ninguno de ellos estacione en la puerta de su casa, que tienen que mantener guardados los autos en los garajes, y que ni siquiera podrán pararse en la puerta a descargar mercaderías, porque de hecho al señor Felice, propietario de uno de los restaurantes frente a la Plaza Belgrano, a media cuadra de la Basílica de Nuestra Señora de Luján, los inspectores municipales lo multaron cuando él estaba descargando de una camioneta utilitaria una bolsa de papas, siendo que en el mismo momento había un turista con su camioneta arriba de la plaza y con sillitas haciendo un picnic en un día de semana, y no lo infraccionaron.
La pregunta es: ¿Por qué se atenta contra los lujanenses que quieren trabajar? Porque fue un año a pérdida por el asunto de la pandemia, se lo comentamos a concejales y funcionarios que cobran puntualmente sus sueldos municipales, y muchos tienen deudas de Tasas, situación que resolverán en la medida que comience a normalizarse la situación post cuarentena, y empiecen a trabajar, por lo que apretarlos de esta manera para algunos es una especie de extorsión.
¿O no? ¿Qué opinan?
