El Dr. Pablo Merlo se mostró ante las cámaras de televisión acompañando a los familiares y amigos del joven hincha de Luján asesinado, reclamando justicia y queriendo estar presente en el despacho del Comisario a cargo de Luján Primera, incluso habiendo alentado este abogado una marcha hasta las puertas de esa dependencia policial. Pero, lo que casualmente no dice Merlo en esta ocasión es que trabaja para el Sindicato de ATILRA, el gremio que aglutina a los trabajadores de la industria lechera. ¿Por qué nada mencionó, si siempre hizo cáscara con que es representante de ese sindicato?
¿TRATAN DE DESVIAR LA ATENCIÓN?
Si bien desde ATILRA algunas autoridades sindicales desmienten esa relación, también casualmente por estos días, no somos pocos los que recordamos que Pablo Merlo siempre dijo que representaba al gremio de “los lecheros”, porque “son fabulosos con las cosas que hacen”, y ¿resulta que ahora los trata de cualquier cosa a los de General Rodríguez, siendo que atendió a diferentes casos? Hasta donde sabemos. ¿Qué garantías pueden tener los familiares, los hinchas de Luján y los allegados a Joaquín Coronel de que Merlo no les va a patear en contra?
LAS DENUNCIAS PENALES EN CONTRA DEL ENTORNO DEL ABOGADO
En la denuncia penal que acompaña esta nota periodística consta la declaración de una mujer propietaria de un campo, tras lo que fue su juicio de divorcio, donde manifestó que el socio/amigo del Dr. Pablo Merlo, identificado como “Diego Arechaga”, le cobraba dinero en días y horarios acordados a esta mujer en la tranquera de su campo, haciéndose pasar por abogado, en lo que fueron los últimos trámites de la separación de bienes.
Justamente Pablo Merlo en su estudio tiene o tuvo como socio/amigo a “Diego Arechaga”, quien fue denunciado por “trucho”, por ello “¿Qué garantías hay de que un profesional de este tipo haga bien las cosas con el asunto de la muerte de Joaquín Coronel? ¿No generan dudas estos antecedentes de Pablo Merlo y su entorno? ¿Merlo se le ríe por detrás a la hinchada de Luján, entusiasmándolos a que hagan marchas?
UN POCO DE LOS ANTECEDENTES DE SUS AMIGOS/SOCIOS
Sucede que “este abogado trucho vio arriba de la mesa la importante cantidad de dólares que se llevaba la señora”, de lo que fue el acuerdo de la división de bienes en su divorcio, y “hasta la abogada de mi ex esposo se dio cuenta de que Arechaga o era abogado, y me salió de testigo”, expresó la mujer afectada por el hostigamiento que sintió de parte de este oscuro personaje, quien en el viaje de regreso “Arechaga pretendía cobrar” una muy alta suma en efectivo, por supuestos servicios profesionales. Pero en realidad solo había acompañado a esta señora en el último día de las gestiones, constando en la denuncia que se adjunta a esta nota lo que le dijo el Dr. Merlo, que confesó que su amigo/socio Diego Arechaga “NO era abogado”.
¿Por qué Merlo deslizó esa condición irregular de quien con él comparte almuerzos, cenas, y fiestas de todo tipo?
”EMPEZARON CON ZAPATILLAS CON LOS DEDOS AFUERA”
Pues, Diego Arechaga junto a su esposa, según diferentes fuentes, vaciaron las cuentas de la empresa en la que trabajaban, y “lo hacían desde su computadora personal y en horario de madrugada”, según consta en los movimientos de las cuentas bancarias, donde quedó detallada la IP de la conexión de Internet.
Y, si no es así Arechaga debería haberse presentado en la empresa o en algún lugar devolviendo el dinero que aparecía indebidamente en su casa o en sus cuentas o en las cuentas de su esposa, de origen desconocido ¿no? Porque los billetes no surgen por generación espontánea.
Pero, cuentas claras conservan la amistad, dicen. Y parece ser que “Merlo y Arechaga discutieron entre ellos, por la plata que no estaban repartiendo” (Arechaga y su esposa), y por eso en una presunta venganza de parte de Merlo, le confesó a la terrateniente denunciante que “Arechaga NO es abogado”.
OTRAS MOVIDAS
Por otro lado, tratando de aprovecharse de la bondad del empresario que confiaba en ellos, el abogado Pablo Merlo lo pretendió extorsionar, con un asunto de juicios laborales que podían complicarse, ya que el Dr. Merlo era el representante legal de la empresa en lo referido al despido de unos cuantos trabajadores, y: “Mentía con que todo podía volver para atrás. Que todos los juicios por despido, que ya habían sido avalados por el Ministerio de Trabajo, podrían quedar sin efecto solo porque a él se le antojaba”, y además “Decía que serían millones de pesos los que tendría que pagar” este buen hombre, para poder resolver los problemas económicos de la empresa, la que se encontraba casi en estado de quiebra.
LO QUE HACÍAN
Recordemos que habían vaciado las cuentas de la empresa en la que prestaban servicios laborales (Diego Arechaga y su esposa), según nuestros datos, mediante extracciones fuera de horario, además de complicársele las transacciones comerciales al empresario, que siempre se encontraba en un brete, porque se tenía que cambiar cheques con intereses usurarios para poder pagar cuentas y tener los impuestos al día, dado que debía pagar muchos sueldos.
Es decir que trabajaba muy bien la empresa, pero todo se iba por un gran agujero negro, pagando gastos inexistentes e impuestos, que a la larga aparecieron como no pagados.
Es que la cosa estaba casi bien planeada, dado que en esta bola de nieve en la que metieron al buen empresario, se detectaron maniobras de la que incluso habría participado un contador público nacional al que nuestras fuentes identificaron como “Emiliano Coggiola”, que aparentemente “hacía como que pagaba todos los impuestos sin hacerlo realmente, todo mientras se construía una casa. Y después saltaron las deudas de AFIP”, casualmente.
LA VENTA DE LA EMPRESA AL REPOSITOR DE GÓNDOLAS
Ante la situación que se presentaba, donde parecía que no se podían remontar las cuentas de la empresa, y antes de entrar en un quebranto económico, el empresario que se sentía entre la espada y la pared, porque los asesores y empleados administrativos le presentaban un panorama tremendo, y como para no quedar metido en deudas con el Estado, el dueño decidió vender la empresa, para sacarse los problemas de encima, e iniciar otra actividad o dentro de la misma especialidad pero de diferente manera. Por lo que este abogado “Pablo Merlo simuló la compra de la empresa, y apareció con un supuesto interesado”.
Pero resulta ser que quien se presentó el día de la firma de los papeles de traspaso de la empresa, era una persona desconocida, pero que con el tiempo fue descubierta en su estrecha relación con el abogado Merlo. Ya que resultó ser un anciano acompañado por su esposa, quienes casi no emitían palabra alguna, y por fotografías que un integrante de la empresa sacó como resguardo, y averiguando luego con periodistas que conocen al abogado Pablo Merlo, se dieron cuenta de quién se trataba.
El supuesto comprador de la empresa resultó ser quien le hacía las veces de repositor de góndolas y cebador de mates en un pequeño mercado que pertenece a Pablo Merlo en el barrio Los Laureles, justamente en el límite de Luján con el partido de General Rodríguez.
¿De dónde iban a sacar dinero para comprar una empresa estos ancianos que “no sabían ni cómo firmar los papeles, ni hablaban”?
PREVINIENDO UNA EXTORSIÓN, PORQUE DESPERTARON SOSPECHAS
Es en este punto que en dos reuniones diferentes el empresario, poniéndose de acuerdo con algunos de sus trabajadores, filmaron con cámaras ocultas las pretensiones de extorsión por parte del abogado Pablo Merlo, en dos ocasiones diferentes, una en el Café Plaza, que queda ubicado frente a la Plaza Colón, cuando Merlo buscaba hacerse de unos 20 mil dólares; y la otra cámara oculta fue hecha en el Café La Nueva Italia, frente a la Basílica de Luján, a apenas una cuadra del estudio jurídico de Merlo; ocasión en la que este peculiar abogado rebajó sus pretensiones a 15 mil dólares. Dado que, “no quería quedarse sin una parte de la empresa que estaban sepultando”.
¿DE CUÁNTA PLATA ESTAMOS HABLANDO?
Se calcula en una abultada y millonaria suma de dinero la que se habrían alzado los Arechaga de manera irregular, recursos económicos con los que se habrían comprado en todo o en parte un terreno de generosas dimensiones en el Campo de Rodizzio, en Luján, según diferentes fuentes de este emprendimiento privado a las que tuvimos acceso.
¿VIVÍAN OCUPANDO UNA CASA EN EL BARRIO DE LA HOSTERÍA DE SAN ANTONIO?
Se trataría del mismo matrimonio Arechaga que “tuvieron que irse de la Hostería de San Antonio cuando llegó el dueño de la casa que ocupaban. Si hasta les sacó los muebles y se los regaló a los comedores comunitarios”, luego de lo cual los Arechaga, oriundos de la zona de Quilmes, ciudad de la que se habrían ido por complicaciones con temas de terrenos fiscales, dicen las malas lenguas: “Dijeron que les había ido mal con un negocio con vacas, y que estaban perdiendo la casa”. Por lo que el empresario para el que trabajaban, enterado de esta supuesta situación complicada, se puso en campaña para comprarles una casa, cosa que finalmente no se dio, dado que fueron descubiertos en sus maniobras. Aunque para ese entonces ”ya les había casi regalado el auto”, un suntuoso vehículo que se los entregó por muy poco dinero. Ya que eran sus empleados de confianza, en ese momento.
“LOCUTIO CONTRA MENTEM” (LA MENTIRA ES LO CONTRARIO AL PENSAMIENTO)
Pero, como la mentira tiene patas cortas, el empresario que se desprendía de su empresa se dio cuenta de la maniobra de la que había sido objeto, ya que luego de firmar el traspaso al nuevo propietario la esposa de Diego Arechaga que estaba presente, se aferró al dinero de una manera que no pasó desapercibida: “la que agarró la plata fue Elisa Mazzolo, ahí fue cuando me dí cuenta que era un arreglo entre ellos”.
A abogados con características como estas algunos los denominan “caranchos”, y en este caso dice pedir “justicia”, por la muerte del chico asesinado a manos de una facción como la del Club Alem, oriundos estos violentos de la misma ciudad y del mismo ámbito donde el abogado Pablo Merlo dice hacer “negocios con los lecheros”.
Las cosas indicarían que quienes están de luto y lloran por Joaquín Coronel, a mal puerto van por leña.