LOS USURPADORES VIOLAN LA CUARENTENA, Y APROVECHAN QUE LA POLICÍA Y EL CUERPO DE INSPECTORES MUNICIPAL ESTÁ SOBRECARGADO DE TRABAJO, PARA HACERSE DE UN TERRENO EN BARRIOS PERIFÉRICOS AL CASCO CÉNTRICO
Por Osvaldo Cabral
Un sujeto armado con una pala de punta, pretendió amedrentar a los vecinos que dimos aviso a la policía sobre de sus intenciones de ocupar un espacio de tierra, ubicado al costado del puente Julio Argentino Roca que cruza la autopista. Siendo el lugar elegido por este personaje que escondía su rostro detrás de un barbijo, parte de la banquina de la ruta 7. Ni más ni menos que entre los árboles plantados por la empresa privada que explota esa concesión.
En el día de ayer alguien vino a ese lugar, que forma parte de la banquina de la Autopista Los Andes, y cortó el pasto rápidamente con una desmalezadora, y se retiró del lugar. Y, obviamente los vecinos advertimos ese primer desembarco en el barrio, por lo que quedamos atentos a lo que sucediera hoy viernes por la tarde, puesto que es el día en que quienes se apropian de terrenos eligen para acometer sus acciones. Esto debido a que la municipalidad ya está cerrada, los inspectores tienen turnos más laxos preparándose para lo que son las jornadas del fin de semana, con otro tipo de controles. Pero, como todos estamos de cuarentena, somos muchos los vecinos que estamos en nuestras casas mirando hacia afuera, con ganas de salir, por lo que un intruso no pasa desapercibido, ni siquiera para los perros, que de tan aburridos que están juegan a la rayuela, para pasar el rato sin poder ladrar a autos ni motos.
El masculino en cuestión, vistiendo un chaleco naranja, como para pasar desapercibido disfrazado de señal de tránsito entre los árboles, comenzó a hacer pozos, y en ellos colocó unos listones de madera, tratándose de los mismos tutores que le sacó a los árboles que están plantados al costado de la autopista desde hace unos tres años. Es decir que allí pretendía colocar algún alambrado, sin siquiera haber traído postes propios.
El terreno elegido, sin medidas catastrales por parte de un agrimensor, quedó delimitando un perímetro de unos 13×15 metros, en el que quedada incluso una planta de Ceibo en medio de lo que pudiere ser el patio trasero. O sea que, de instalar una vivienda allí, ya le hubiese quedado la sombra perfecta y lista para tomarse mates en el fondo de una casa, para disfrutar del atardecer con una puesta de sol reflejada en el asfalto.
Pero, apareció un patrullero, de una cuadrícula contigua a la que corresponde el barrio San Francisco, era el móvil más cercano cuando se dio la alerta desde la Comisaría Luján 2da, y aparentemente le preguntaron qué hacía en el lugar, por lo que habría respondido que estaba “buscando lombrices”.
Estamos de cuarentena ¿no? ¿Dónde pensaba ir a pescar, al río Luján, y para qué venir hasta el San Francisco? Este es el BARRIO San Francisco, Partido de Luján, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. NO la CIUDAD de San Francisco, Estado de California, de los Estados Unidos de Norteamérica. Menciono esto, dado que quizás para este presunto experto pescador las mejores lombrices son las californianas, CUAAACK!
Lo cierto es que en presencia de varios vecinos, este sujeto tapándose la cara con un barbijo en un momento y con tono amenazante mencionó: “¿VOS SOS CABRAL,… NO?”, “ME VOY A ACORDAR BIEN DE VOS, YA ME VAS A VER!”, “YO TENGO LOS PAPELES DE ARBA!”, como si de por sí tener papeles de ARBA le diera algún tipo de potestad sobre una tierra que fue expropiada hace décadas para la construcción de la Autopista del Oeste, y menos aún en la banquina de esta arteria de nivel nacional, la ruta 7 Buenos Aires-Mendoza. Pero, más allá de que previamente, según pudimos averiguar, le dijeron: “MIRÁ QUE VIVE OSVALDO CABRAL EL PERIODISTA, AHÍ EN FRENTE, OJO, EH!”, parece no haberle importado a este violento que armado con un elemento contundente caminó unos 50 metros, hasta llegar a la vereda donde yo estaba parado llamando a la policía. Y no me moví del lugar, a pesar de los ademanes realizados con una pala de punta en mi vereda. Aunque, claro está, cambió su actitud cuando se dio cuenta que desde adentro de mi casa lo estaban filmando. Pero, sea como sea, tenga papeles o no tenga papeles, el lunes me presento en la fiscalía de Luján, y denuncio por amenazas el “nuevo vecino”, que anda con un tatuaje del Club River Plate en la pantorrilla derecha y con una pala de punta tratando de intimidar a los vecinos. QUE VAYA Y DEMUESTRE QUÉ DERECHOS TENDRÍA SOBRE ESE ESPACIO QUE ÉL ASEGURA HABER TRAMITADO EN LAS OFICINAS DE ARBA.
No es la primera vez que diferentes personajes pretenden desembarcar de diferentes maneras y en todo momento en el barrio San Francisco, en diferentes espacios verdes, pero, somos los mismos vecinos de siempre los que nos ocupamos de dar el aviso a la empresa contratista de la autopista, a los inspectores municipales y a la policía. Porque, en más de una oportunidad por diferentes terrenos han aparecido todo tipo de personajes con papeluchos firmados por muertos, y con supuestos boletos de compra-venta seudo legalizados por escribanías ficticias, porque incluso sabemos de supuestas “compras” de terrenos por parte de personas relacionadas con la municipalidad y sus amigos de alguna fuerza de seguridad, y a ninguno de los vecinos nos queda en claro cómo habrían tramitado las posesiones, que no serían veinteañales.
Luego de estos enfrentamientos verbales, y en algunos casos hasta a los golpes, con amenazas y promesas de muerte, sin faltar los aprietes de por medio, estos personajes no terminan volviendo. Pero, los que ponemos el cuerpo y corremos riesgo somos los que cuidamos el barrio. Porque, como decía (creo que se llamaba Santiago) Muñoz, reconocido como uno de los primeros vecinos del San Francisco y propietario de un almacén de ramos generales: “Al barrio lo hacemos entre todos”.