CONTINÚA PRESTANDO SERVICIOS A PESAR QUE HABÍA RENUNCIADO A OTROS DOS TRABAJOS, POR EL ESCÁNDALO DESATADO ENTRE LOS PADRES DEL COLEGIO GUTIÉRREZ DEL BARRIO EL QUINTO, AL COSTADO DE LA PARROQUIA SANTA ELENA, DONDE SE HABRÍA PROVOCADO EL ABUSO SEXUAL CONTRA UNA DE SUS ALUMNA.
Sobre un docente identificado como “Horacio Papaleo”, existe una pesada causa penal en la fiscalía de Luján por “abuso sexual”, en lo que habría sido un acto aberrante en contra de una menor de edad. Es que si bien fue denunciado por la familia afectada, además la nena en cuestión ya prestó declaración contando cómo sucedieron las cosas ante la fiscal que entiende en el caso, en presencia de una psicóloga que hizo la pericia. Y, según fuentes judiciales entienden que “la nena no miente”.
Según las denuncias el profesor “Horacio Papaleo” abusó sexualmente de una de sus alumnas dentro del colegio Gutiérrez, un tradicional establecimiento educativo ubicado el barrio El Quinto, trabajo al que “Papaleo renunció en medio del escándalo que se armó”, renunciando además al empleo que había conseguido como ñoqui en la Municipalidad de Luján, por medio de un contrato trucho que acordó durante la indigestión del por entonces intendente PRO Oscar Luciani. Pero, lo curioso del caso es que “sigue dando clases en el Colegio Montesori de Luján”, según nuestras fuentes.
Con relación a este caso hay muchos en el ámbito docente que se manifiestan con indignación, porque más allá de tratarse del Montesori, un colegio privado sobre el que no existirían algunas regulaciones y controles, sí deberían atender autoridades educativas regionales sobre el asunto de fondo, dado que “un docente denunciado por abuso sexual contra una alumna no debería estar al frente del salón, por lo menos debería estar suspendido, trabaje donde trabaje”, expresaron maestras y profesoras consultadas, incluidas algunas que conocen “muy bien y de manera personal” al denunciado “Horacio Papaleo”.
Son los mismos docentes que se preguntaron ante nuestra inquietud de averiguar sobre el caso, si sus empleadores conocen de su situación, e incluso con total asombro otros docentes varones también se preguntaron si: “¿Los padres que llevan a sus hijos al Montesori están avisados de las condiciones en que presta servicios?, el cuestionado docente, cuanto menos: “Hasta que se resuelva su situación, por culpable o inocente”, aunque como mencionamos, en fiscalía estimaron que la nena presuntamente abusada no falta a la verdad.
¿Y DE ESTO QUÉ OPINAN EN MONTESORI?
Todo corrió como en un reguero de pólvora en el Colegio Gutiérrez, y el escándalo que se generó fue mayúsculo, cuando todos comenzaron a hablar de “un profesor que abusó sexualmente de una nena”. Y mientras los padres reclamaron explicaciones en ese establecimiento educativo, fueron los propios alumnos quienes dieron total apoyo a la compañera de salón en su decisión de denunciar ella misma al profesor “Horacio Papaleo”. Porque “los chicos sabían todo lo que había pasado”, y fueron fuentes internas de ese establecimiento educativo, el que queda pegado a la Parroquia Santa Elena, las que detallaron la “estrecha relación amistosa” existente entre la directora de esa escuela, identificada como Juliana Pighín y el docente denunciado “Papaleo”,la que data desde hace muchos años y en otros ámbitos.
A esta directora Juliana Pighín la visitamos como periodistas, cuando fuimos al Colegio Gutiérrez una mañana luego de atravesar varios filtros administrativos, los que nos complicaron el contacto con esta docente, y le consultamos en nuestra entrevista de apenas 9 minutos sobre este caso que pretendió minimizar en todo momento, poniéndose del lado de su docente “amigo”, no respondiendo sobre los antecedentes de “Horacio Papaleo” en cuanto a antigüedad laboral, a su especialidad manifiesta, ni de cómo pudo ingresar a dar clases en esa institución religiosa junto con otros amigos y parientes de Pighín, como por arte de magia y con algunas preferencias, ni tampoco respondió sobre las denuncias de los padres, sobre la peculiar manera de comportarse el denunciado durante las clases y en horario de recreo, “entremezclándose con sus alumnas y manoseándolas”, tal como lo describieron nuestras fuentes. Incluso tras la renuncia y ante las preguntas de los padres buscó por todos los medios de justificar al presunto abusador de menores.
Ese mismo día en que mantuvimos esa charla en la oficina de la directora Juliana Pighín, en la previa a ingresar a la dirección había sonado el timbre, y así salieron los alumnos y docentes al patio, era el momento de un recreo. Y allí “Horacio Papaleo” nos individualizó, nos reconoció como periodistas, nos vio perfectamente dirigiéndonos a la oficina de su “amiga” e incluso hasta nos saludó tímidamente. Pero jamás se puso a nuestra disposición, como para que le consultemos al respecto, ni en ese momento y mucho menos después, cuando Pighín seguramente lo alertó sobre nuestra investigación. A pesar que en otras oportunidades y a posteriori “Papaleo” también nos vio en domicilios de sus amigos y ex compañeros de trabajo, mientras investigábamos sobre este y otros casos de abuso sexual. De ninguna manera quiso dar explicaciones en todo este tiempo, ni a nosotros en particular ni siquiera convocando a una conferencia de prensa, por ejemplo, cosa que bien podría haber hecho, ya que conoce acabadamente al ambiente periodístico. Transformándose de un día para el otro casi en un fantasma, incluso en el barrio donde vive, ya que según nos dicen “Papaleo solo sale para relacionarse con los pibes del Montesori”, y suponemos nuestras fuentes se refieren a que dicta clases a los adolescentes en esa escuela tan peculiar.
Es más, recorrimos la cuadra de su domicilio en un barrio cercano al centro de Luján, y entre los vecinos consultados en ambas veredas ninguno habló bien de este “docente”, a quien prácticamente no conocen, ya que: “Entra y sale sin saludar a nadie”, e identifican a su automóvil: “De color gris claro, con mucha suciedad adentro, tiene papeles de golosinas tirados en el piso, y siempre lleno de tierra,… Cuando pasás por al lado te das cuenta que es un roñoso”. E inclusive a los vecinos no se manifestaron extrañados al enterarse de las causas penales que obran en su contra. Dado que manifestaron: “Algo raro tiene ese tipo. Porque un día le ayudé a arrancar el auto con unos cables y ni siquiera agradeció”, según lo que declaró alguien que en algún momento vio complicado a este “profesor” denunciado, y por ello se ofreció a darle una mano, como lo hace cualquier buen vecino.
Según nuestras fuentes “Horacio Papaleo presta servicios en el Colegio Montesori” de la ciudad de Luján, el que está instalado a la vera de la colectora del Acceso Oeste, en el kilómetro 70 aproximadamente, su dirección según las redes sociales es Las Cretonas 2645, y “Papaleo” va por la mañana y por la tarde, según el horario escolar. Aunque no estaba presente cuando llamamos por teléfono y consultamos por él. Como tampoco se encontraba “María Guadalupe Cuevas, la empleadora”. Por lo que la semana que viene nuevamente intentaremos hablar con el denunciado docente o con quien pueda responder por él desde el Montesori.
Hasta donde sabemos estaba prevista una pericia psicológica y psiquiátrica sobre “Horacio Papaleo”, reclamada por la fiscalía, y aunque desconocemos los resultados de las mismas, más allá de las complicaciones de tiempos y de falta de personal que pesa en la fiscalía con todo este asunto de la pandemia, en la familia de la nena están esperanzados que se haga justicia.